“Fotografiamos cosas para ahuyentarlas del espíritu». (Franz Kafka)
Alguna felicidad acercada por mi trabajo de reportero gráfico: una posición respetable y satisfactoria en el campo laboral, ingreso digno, publicaciones en los principales medios nacionales, relaciones fluidas con importantes reporteros y periodistas. En fin, cierta celeridad por ese estilo de vida que conformaba un vértigo propio y necesario en el oficio, a la vez que placentero. Pero, no había momento para reflexionar que también tenía una vida, una familia, amigos que compartir y, tampoco para darme cuenta que no tenía una pareja estable.